Bach poseía
una visión holística. Sostenía que debía
tratarse al paciente, y no a la enfermedad. Consideraba al hombre como una
unidad de cuerpo, alma y espíritu, protegido por una capa de energía vital que lo envuelve. Al
producirse un desequilibrio entre algunos de los cuerpos, ya sea ocasionado por
factores internos o externos, se evidencian escapes de energía. Tales modificaciones provocan el
debilitamiento del sistema inmunológico. Al no poder ser contrarrestados entre
el nivel mental o emocional, afecta
indefectiblemente el cuerpo físico, o sea enfermamos.
Tomemos
como ejemplo una úlcera (originada en la incapacidad de expresar sentimientos y
emociones). El médico trata puntualmente la enfermedad, diagnostica, y hace desaparecer los síntomas. Resultante por
demás de satisfactoria e importante, pero a mi
entender incompleta, porque si además del tratamiento no se focaliza en
el verdadero origen de la enfermedad, la
misma se repite.
Todo
está relacionado con nuestras emociones, con lo que pensamos, con nuestros
propios límites internos.
Para
Bach hay 38 estados anímicos arquetípicos, que se corresponden con determinadas
flores, y que conectan la personalidad con el yo superior. El sufrimiento
aflora cuando el hombre no actúa en armonía
con su yo superior, convirtiendo esas virtudes en estados anímicos negativos.
Las
flores actúan en el plano emocional y espiritual, enviando ondas vibratorias
armónicas de energía, que ayudan a
transmutar esos bloqueos internos mediante el desarrollo de la virtud
correspondiente.
Edward
Bach, prestigioso médico inglés, con una importante experiencia en clínica
médica. Bacteriólogo, cirujano, y patólogo. Realizó también una formación en
homeopatía y en filosofía. Razón por la cual le permitía aseverar que la
medicina cura y la naturaleza sana. Sostenía que los médicos debían
replantearse su misión en nuevos términos.
“Busquen en el paciente. Proporciónenle el remedio que lo ayudará a
superar esa crisis en particular, como
así también todo el ánimo y la
esperanza que puedan. De esa forma la
propia capacidad curativa de su interior hará el resto por él”.
Entendía
que el médico debería ayudar al paciente a conocerse a si mismo. Y además
suministrarle remedios capaces de hacer que el cuerpo físico recupere
sus fuerzas y la mente su calma. Para
que puedan, desde este lugar, activarse
los mecanismos de autosanación
Estoy
segura que su recomendación esencial nos impulsará a tomar el camino que nos
guíe hacia nuestro bienestar interior, hacia nuestro Paraíso Personal .
Reflexiona,
suelta, y confía. Solo así podrás hallar, serenidad en tu mente, goce en tu
alma, y amor en tu corazón.
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